No existen estadísticas oficiales, pero no es ningún secreto que muchos principiantes abandonan las clases de piano y surgen decepciones y falsas expectativas. El progreso insuficiente, los métodos de aprendizaje molestos o la sensación de estar abrumado son algunas de las principales razones para terminar las clases antes de tiempo. Te aseguro que todo esto ni siquiera sucederá si sigues las reglas básicas de motivación.
Cuando empiezas un nuevo reto de mayor envergadura, como un proyecto de bricolaje, no tardas en esperar que te digan si estás a la altura o si necesitas un profesional cualificado. No es diferente cuando tocas el piano. La retroalimentación es el sonido que sale de su piano a través de los parlantes o auriculares. Quizás también un comentario de alguien cercano a ti. Si los comentarios son positivos, te sentirás alentado en tu plan. Continuarás trabajando de forma voluntaria, loca y remota hasta que tus dedos doloridos te digan que poco a poco te has excedido. Cuando tu proyecto funciona, te olvidas de todo lo que te rodea, especialmente del tiempo.
Como profesor de piano durante los últimos 25 años, la “generación joven” ha sido particularmente importante para mí. Los principiantes de hoy son los profesionales del mañana. Se debe hacer todo lo posible para nutrir las plantas jóvenes y apoyarlas en su crecimiento. Ya al principio de mi trabajo me di cuenta de que los libros de piano convencionales (hace unos años había 172, y me refiero sólo a la zona de habla alemana) suelen abrumar al alumno o están diseñadas de forma tan infantil. que no se pueda ver ningún progreso lo es. Entonces me sentí obligado a establecer mi propio curso. Pieza por pieza. Etapa por etapa. Reto tras desafío. A partir de la primera pieza se debe conseguir una motivación que sea tan sostenible que dé ganas de tocar la siguiente pieza. Ésta no es una tarea fácil. Las melodías deben ser pegadizas e incluso familiares. Al principio se enseñan los fundamentos de la teoría musical. Tocamos 18 piezas sólo con la mano derecha. Durante este tiempo, el oído del principiante se desarrolla un poco, ya que las piezas cuentan con una o dos pistas de acompañamiento. Llamémoslo la vía del profesor. El alumno se acostumbra a tocar con un sonido. El requisito previo para acompañar posteriormente a solistas o interpretar piezas a cuatro manos en pareja. A partir de la pieza 19 se añade con cuidado la mano izquierda. Ahora estoy haciendo todo lo que puedo para no abrumar al principiante, sino más bien para motivarlo con el sonido.
También usaré esta metodología en las siguientes etapas de posición de las manos. Las 9 etapas están en el